06 septiembre 2005

'El Libro de la Rosa' de Marcel

El Libro de la Rosa
Había una isla remota muy especial en la cual sus gentes nunca habían visto una flor.
No había una sola flor en toda la isla, y nadie sabía de su existencia.
Les fue entregado por un viajero un libro titulado “El libro de la Rosa”, donde se explicaba en mil formas lo que era una rosa:
su forma, su fragancia, su tacto, su simbología, etc.
Cientos de páginas en forma de poemas, escritos inspirados, etc.
La gente se quedó conmovida con ese libro, y se entusiasmaron al compartir su experiencia.
Al poco tiempo, empezaron a hablar de que les gustaría ver una rosa y cada uno exponía su imagen mental, su interpretación.
Unos decían que la rosa era tan grande como un árbol, otros que tenía un tronco con espadas, otros que olía a miel, otros que era frágil como la nieve...
Y empezaron a discutir para defender cada uno su teoría, y se formaron varios grupos.
Con el paso del tiempo se enseñaba en la escuela lo que era una rosa, desde el punto de vista del grupo mayoritario y se hacía referencia al libro sagrado,
pero pocos lo leían, y los que lo hacían, bien podía pasar que tuvieran una imagen innovadora de la rosa, pero como no encajaba con la visión de ningun grupo amoldaban su interpretación para no ser rechazados.
Otros, ya muy pocos, se atrevían a enfrentarse a los grupos y al Gran Consejo de Grupos, manifestando su propia visión de la rosa.
Finalmente, hubo un hombre que nunca creyó del todo lo que los grupos decían; él se decía: “no sé.. falta algo, algo no encaja”.
Con el paso del tiempo buscó por sí mismo en el libro sagrado, desdeñó lo que decían los grupos y el Gran Consejo, pero lo hacía en secreto, porque no le interesaba pelearse con nadie.
Se sentía solo por dentro, nadie le hubiera entendido.
Y seguía la vida, y un día se levantó, y al salir al camino, miró y vio un fulgor que salía de detrás de una roca.
Se acercó y vio la rosa más bella que podía haber concebido su imaginación, olió su fragancia y quedó extasiado al acariciarla con sus dedos y apreciar su tacto y fragilidad.
Corriendo se fue al pueblo a dar la buena noticia, pero nadie le creyó.
Algunos, no obstante, le siguieron, pero la rosa ya se había ido.
Él estaba felicísimo por haber tenido esa oportunidad, pero nadie le comprendió, y se apiadó de ellos...
Marcel 06-09-05
Gracias Marcel por enviar tu relato ;)

09 junio 2005

"Dios Cruel" de Jose powell

“Dios Cruel”

Black observaba aterrado el estado del campo de batalla… por aquí y por allá cuerpos diseminados eran mudos testigos de la dureza del combate, que aun no había terminado. La infantería, de la cual formaba parte, había sido drásticamente diezmada y no lejos de su posición actual podía ver a unos jinetes que intentaban asaltar la torre de defensa que les quedaba. Los blancos estandartes que lucían sus rivales oteaban al viento y sus gritos se oían resonando por doquier. Cerca de su posición uno de los sacerdotes ayudaba en su último viaje a los caídos, amenazado a su vez por el enemigo, que con una hábil maniobra de distracción había conseguido hacerlos caer en una sofisticada trampa, que había acabado con toda la caballería del ejército de Black.

Finalmente la torre se derrumbó con gran estruendo aniquilando a los soldados que aun se hallaban en su interior. Todo parecía perdido. El ejército del Blanco ganaría aquella batalla sumiendo el mundo que Black conocía en el caos y la desesperación. Una desesperación que invadía la mente del soldado y al resto de sus compañeros que aun permanecían en pie. En aquellos momentos la batalla se detuvo. Para Black era una pausa antes del ataque final. Se giró buscando a su majestad. Una mirada suya o de la princesa bastaban para subir el ánimo de los combatientes y elevar su moral. Haciendo que perder su vida por ellos no pareciese tan malo. Buscó y rebuscó entre la retaguardia, mas no podía dar con ellos. El ejército del Blanco parecía replegarse momentáneamente. El no podía retroceder… no podía retroceder. Siempre avanzar, solamente avanzar, era lo que le habían enseñado y para lo que estaba preparado, pero siempre podía volver la vista atrás para consolarse. Vio un puñado de hombres de la infantería protegiendo al rey, que había perdido el caballo y estaba de pie, entre ellos, blandiendo su magnifica espada en lo alto, también observo una herida en uno de sus muslos, que sangraba profusamente reduciendo drásticamente su movilidad. En aquellos momentos le pareció que su majestad había perdido parte de su magia, y que ni siquiera su mirada podía hacer que se volviera a lanzar a una batalla perdida.

Alzando su rostro al cielo, se dirigió a su dios, “Oh dios de la guerra, oh dios poderoso, dios de la muerte y la destrucción siempre que muestras tus señales tu pueblo sufre, dime ¿eres un dios o un demonio? ¿Cuantas generaciones de nuestros hijos deben sufrir tu sed de sangre? Muéstrate de nuevo, ayúdanos en esta batalla y estaremos preparados para la siguiente, como siempre ha sido, pero no permitas que nos derroten y sufrir la vergüenza y la humillación. No nos abandones en este momento”

Como en respuesta a sus palabras, el ejercito enemigo empezó a gritar de nuevo, se preparaban para el asalto final. Prestando atención, aquellos gritos eran más de terror que de exaltación o furia asesina, así que Black alzó levemente la cabeza del pequeño charco en que se había tendido y pudo ver la respuesta de aquel dios cruel. La princesa, se hallaba entre las líneas enemigas, montada en su corcel repartiendo muerte entre las filas del ejército del Blanco. Su visión era como la de una santa guerrera con su negro estandarte alzado sobre la silla del caballo y su espada, invisible de tan veloz como la princesa la manejaba. Provocando el pánico entre las huestes blancas. Black observó al resto de sus compañeros, todos habían visto a la princesa en medio de la refriega y de nuevo alzaron sus espadas sobre sus cabezas. Entonando vítores y cantos, iniciaron una carga desesperada intentando alcanzar a al princesa y ayudarla o protegerla, con su vida si era necesario… esas imágenes recordaron a Black el comienzo de la batalla. Que poderoso parecía su ejército, todos en formación, sin brechas, sin fallos. La infantería al frente, con Black entre ellos, orgulloso de sus hermanos de sangre preparados para vencer al invasor y regresar de nuevo a su tranquila vida tras la batalla. Durante siglos el ejercito del Blanco les había atacado e intentado invadir sus tierras, cuando lo conseguían se establecía un periodo de paz, la Paz Blanca, en la que los paisanos de Black sufrían constantes humillaciones y eran tratados como esclavos por el ejercito del Blanco, hasta que un día, Black nunca se había preguntado como era posible aquello, el dios de la guerra volvía a dar muestras de su poder haciendo aparecer a un nuevo rey, descendiente de la generación anterior, al cual nadie ponía en duda, puesto que era el designio de dios y los ejércitos volvían a armarse. Siempre la misma batalla, siempre en el mismo campo de batalla, aquellas tierras baldías que separaban los territorios del Blanco de los suyos. Incontables cadáveres, incontables muertes, huesos, despojos, armas rotas… todo quedaba en aquellas tierras, esperando un nuevo desenlace, a favor de uno o de los otros. Cuando el ejército al cual pertenecía Black ganaba, no había paz…. Simplemente un compás de espera en el cual sabían que el ejército del blanco volviera, como había hecho desde incontables generaciones atrás. Siempre volvían y siempre eran ellos quien daba el primer paso. Siempre iniciaban ellos las hostilidades, y Black rezaba y rogaba por que aquello acabara algún día, pero el dios al cual oraba, únicamente aparecía para lanzarlos a la guerra. Y si sobrevivía, Black estaba seguro, la historia se repetiría.

Cargando desesperadamente hacia el enemigo, Black y sus compañeros iniciaron un nuevo ataque. Intentarían acabar con los magos del blanco. Llegaron hasta él más fácilmente de lo que habían imaginado y el combate fue rápido y sangriento. Dos de los hermanos de armas de Black cayeron ante la magia del terrible enemigo, que no pudo soportar el envite de Black y otro soldado. Con el mago derrotado y a sus pies, llegar hasta la princesa era tarea fácil, y cuando volvieron a buscarla con la mirada, la vieron frente al Blanco, con la espada alzada y dispuesta a dar el golpe de gracia a su mortal enemigo. En aquel momento el tiempo pareció detenerse. Todos los combatientes detuvieron sus ataques. El cielo se encapotó como por arte de magia en un instante y la oscuridad cubrió el campo de batalla. Rayos y truenos hicieron su aparición y todos los presentes alzaron temerosos sus rostros. Por entre el claro que se abrió entre las negras nubes despuntó una luz, tan brillante que momentáneamente cegó a todos los presentes. La luz transmitía una pureza y una claridad tal que Black imagino que debía ser el dios del Blanco y que finalmente había llegado su hora.

En vez de la muerte que Black esperaba, de aquella luz, surgió una voz atronadora que pronunció tan solo dos palabras. Dos palabras que cesaron al momento las hostilidades y que anunciaron que el ejército de Black había ganado aquella guerra.

Black vivió muchos años mas, recordando por siempre aquellas palabras que había oído pronunciar a un dios. Y ya en su lecho de muerte, se las transmitió a sus hijos y nietos que rodeaban su cama. Una gran expectación los inundó mientras esperaban que su anciano patriarca las pronunciara, conscientes del gran secreto que las había envuelto y de lo poderosas que podían llegar a ser. Finalmente, con su último suspiro, el anciano abrió la boca y las musito: “Jaque Mate”.

Jose powell

Mataró 29-6-04


Gracias Jose por enviar tu relato ;)

18 abril 2005

Gregy, la ardilla

Érase una vez una pequeña ardilla llamada Gregy.
Gregy era muy trabajadora, pero muy tímida. Trabajaba todo el verano recolectando semillas y frutos para el duro inverno.
Con su nariz pequeñita, detectaba donde debía buscar las semillas verdes y gracias a sus patas pequeñas, pero fuertes, podía saltar hasta las ramas más altas.
El color anaranjado de su piel, la hacía vistosa e inconfundible.
Todas las demás ardillas se reían de ella por su color y ella siempre se ponía a triste. A Gregy no le gustaba ser así. Siempre corría y se ocultaba en su madriguera, evitando que la vieran.
Corría tan rápido, que en ocasiones parecía que una mandarina, estuviera danzando de árbol en árbol.
Y así pasaba los días, saltando de rama en rama, transportando frutos hasta su madriguera, situada en un hermoso roble que estaba cubierto de una capa de hojas de enredadera.
Vivía en un pequeño bosque que estaba al lado de un gran lago azul.
Como cada año, llegó la época de migración y los pájaros vinieron al lago.
Entre todos los pájaros, dos cuervos negros se pararon a beber y saciar su sed cerca del roble.

- Tantos kilómetros volando cansan a uno. Dijo el cuervo gordinflón a su alado compañero.
- Cansan y además hacen doler el buche. Dijo el otro cuervo barbudo, mientras señalaba su estómago, que rugía como un león.
- No te preocupes que ya se como llenarlo. Cada año la madriguera de ese estúpido animal naranja esta lleno de semillas….Tiene que estar por aquí…
- ¿Y si nos descubre?
- Si nos descubre, no nos hará nada. Las ardillas son bichos tontos, que le tienen miedo a todo. Hasta a un par de viejos cuervos que están en los huesos.


Los dos cuervos comenzaron a volar entre carcajadas y buscaron la madriguera.
Al no dar con ella esperaron que la ardillita Gregy saliera a coger más alimentos y así poder comerse toda la cosecha.

Mientras tanto en su madriguera, Gregy llevaba su recuento diario de semillas y las separaba por tipo, color y forma. Al hacer un poco de sitio, se dio cuenta de que aún le faltaban unas pocas para llenar su almacén .Una vez lleno podría disfrutar de lo que quedaba de verano.
Gregy sabía que todos los años, un cuervo gordinflón, venía y se comía casi toda su cosecha.
¡Todo el trabajo de un mes para nada! Y su almacén, sin una semilla.

Por más que lo intentara, no había forma de que se marchara hasta que el ave se hartaba de comer.
Cada año intentaba una nueva forma de evitar que se comieran sus provisiones, pero hiciera lo que hiciera, siempre acababan en el buche del cuervo.
Este año había esperado que las hojas de enredadera crecieran hasta camuflar su madriguera y de esta forma evitar que acabara su cosecha en estómagos alados.
El ruido de unas carcajadas le llamó la atención y decidió asomar la cabecita por la madriguera. Quería saber quién provocaba tanto estruendo.
Al asomarse vio a un cuervo gordinflón, que parecía estar buscando algo.
El miedo le invadió y se quedó sin poder hacer nada en su madriguera.
<<¡Era el mismo cuervo de todos los años!>>
Tenía pensado salir a por más semillas, pero sabía que si le veían salir de allí, localizarían su escondite y acabarían con su almacén. Así que esperó a ver que sucedía.

Los dos cuervos revoloteaban la zona esperando ver algo naranja correteando por las ramas que les indicara el sitio exacto, pero no veían nada. Así que decidieron esperar.

Pasaron las horas y los cuervos seguían esperando en las ramas altas de los robles cercanos.

De pronto, algo sucedió. De entre unas ramas, apareció una naricita marrón de ardilla.
Le siguió unos ojos grandes y brillantes, y unas orejitas que apuntaban el cielo.
Pero no era naranja, si no de un precioso color canela. Era la ardillita más bonita que Gregy había visto nunca.
Estaba enamorado de ella desde la primera vez que la vio.
Se llamaba Lucy y vivía en el mismo roble que ella pero cinco ramas más arriba.
Lucy había salido a tomar el sol y a beber un poco de agua, y no se percató de la existencia de las aves.
Los dos cuervos estaban esperando a más de cuatro árboles de allí. Esperaban a la ardilla naranja, pero cualquier madriguera sin su dueño presente valía. Al fin de al cabo, lo único que querían era llenar el estómago.
Cuando vieron que Lucy ya había bajado dos ramas, sigilosamente planearon hasta su madriguera y comenzaron a degustar el delicioso manjar que se albergaba en su interior.
Cuando Lucy pasaba justo delante de la madriguera de Gregy, éste salió para detener su alegre salida matutina.
- Hola L..Lucy.
- ¡OH! ¡Que susto me has dado Gregy!- dijo Lucy mientras daba un salto hacia atrás.
- Per..Perdóname L…Lucy. <> Deberías volver a tu casa. No has visto a esos estúpidos cuervos, parece que estén esperando que…
- ¡OH, cielos! Lucy empezó a subir rauda y veloz hacia su madriguera, pero ya era demasiado tarde.
Dos cuervos ocupaban la totalidad de la mohosa rama de roble y devoraban su fantástica reserva de semillas. Lucy gritó y gritó, pero ninguna ardilla salió a ayudarla. Todas se escondían aterrorizadas en sus madrigueras.
Lucy volvió a bajar hasta la madriguera de Gregy y le pidió ayuda con lágrimas en sus grandes ojos brillantes.
- Por favor Gregy. ¡Ayúdame! Se están comiendo todas mis semillas y nadie me ayuda.
Gregy estaba paralizado por el miedo. Recordaba que todos los años, la victima era él y nunca nadie le había ayudado por mucho que gritara.
“Si no fueras tan llamativa, no te habría pasado…” le decían entre risas las demás ardillas.
De pronto Gregy tuvo una idea y subió veloz el roble hasta llegar a la copa.

Recordó a sus pequeñas amigas, hacía menos de seis meses le pidieron un favor. Su casa estaba a punto de caerse y gritaban desesperadas. La ardilla escuchó sus gritos y subió en dirección a ellos. Al llegar vio una escena terrible. Una Colmena de avispas estaba a punto de caerse, y Gregy no vio otra opción que la de poner ramas justo debajo para evitar que cayera al suelo. Estuvo casi toda la tarde de un lado a otro llevando ramas y hojas secas hasta que hizo un colchón. Justo cuando puso la última rama, la colmena cayó y se detuvo encima del colchón. Había salvado a la Reina y eso era un honor muy grande.

Ahora Gregy subía hacia la copa, al llegar vio que habían construido otra colmena en el árbol y habían abandonado la otra que todavía yacía en el somier de hojas y ramas.
- Amigas, necesito vuestra ayuda.
Gregy les explicó el problema y entonces, todos juntos, decidieron un plan.

Mientras tanto Lucy, pensó que Gregy había salido huyendo, como un cobarde, y sin nada que perder, se dirigió hacia los dos cuervos que todavía seguían engullendo el trabajo de los últimos meses de recolecta.
Lucy intentaba que la miraran y dejaran de comer, pero las aves, ni siquiera le dirigían un simple vistazo. Con una pata la empujaron. Lucy resbaló y se quedó colgando de la rama intentando no caerse.
Cuando sólo le quedaba un brazo aferrado a la rama, Lucy flaqueó sus fuerzas y no aguantó más.
Su brazo se deslizó de la rama y Lucy cayó en el vacío…Era el fin…

Su cuerpo chocó en una cama blanda de hojas y ramas improvisada. El colchón cedió y Lucy volvió a estar sujeta de una rama con sus dos bracitos.
No tenía más fuerzas y poco a poco se iba resbalando. Dos patitas de ardilla aparecieron de arriba y consiguieron hacer subir a Lucy que por fin se encontraba sana y a salvo en la madriguera de Gregy.
Gregy no había huido, incluso había podido preparar un colchón de hojas, aunque poco resistente, que impidió que Lucy chocara contra el suelo.
La ardilla hizo una señal y la "Armada Avispera" atacó con fuerza a los dos cuervos que no se habían enterado de nada.
Llenos de picotazos, los dos cuervos tuvieron su escarmiento y nunca más volvieron a pasarse por ese lugar...
Cuando Lucy volvió a su madriguera, la encontró vacía, sin una sola semilla.
Con los picos de los cuervos, también habían destrozado la entrada y las paredes y en los futuros días de invierno, el frío se colaría por los agujeros. Ya no podía vivir allí, había de buscarse otra casa.
- Si quieres puedes quedarte aquí, por un tiempo…Dijo Gregy ruborizado.
- Pero… no tendremos suficiente comida para los dos….
- Yo tengo el almacén lleno y ahora podemos llenarlo más…si tú quieres…
Y así se acaba esta historia, sólo os puedo contar que Lucy y Gregy vivieron en la misma madriguera y un día se casaron y tuvieron una hermosa ardillita, mitad naranja mitad canela. Y por fin todos juntos vivieron felices y comieron semillas…

21 marzo 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 6)

Parte 6

Pocos días harían falta para que la empresa “ENAXTAB”, denunciara a la empresa “NICRONIX”, al hallar una caja “ESTX” marcada en una máquina de su propiedad. Esto quería decir que hubo manipulación.

Lógicamente sólo un técnico de la empresa podría manipularla, pero los únicos que tenían acceso a las cajas éramos Jose y yo.

Estaba claro que mi jefe ya sabía quien, cuando, donde y como, pero lo que no tenía claro era por que lo había hecho.

Toda la mañana estuve pensando y planeando el problema, y la culminación de mi trabajo, había de ser algo sincero pero directo. No había segundas oportunidades.

Sabía que si Eva en algún momento pensaba que me estaba burlando de ella, todo mi trabajo se habría ido al traste.

Era ese gran final. El esperado. El que tienen todos los buenos libros.

Pero este no era un libro y si lo hubiera sido, no sería ni siquiera bueno.

La vida real esta plagada de luchas, dilemas y decisiones diarias.

Y aunque siempre esperas que venga algún súper héroe a salvarte, nunca llega, y el problema lo tienes que solucionar tú. “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, pero…

Nunca sabes si eso alguna vez te matará…

Cuando era pequeño veía la vida desde mi punto de vista, muy difícil. Mis padres, siempre trabajando y siempre discutiendo. En navidad era mi hermano el que compraba los regalos para todos y luego me decía que eran de mis padres. Como si no lo supiera…pero me daba igual.

Cuando cumplí 11 años ocurrió una tragedia.

Todo es basura. La vida es basura y en basura nos convertimos.

Un inmenso camión chocó con el coche que llevaba mi hermano, dejándome sin madre, sin hermano, un padre deprimido hasta su muerte y la calle llena de basura.

Mi padre mal vivió su corta existencia, arrepintiéndose de pedirle a su hijo que corriera un poco más, para poder llegar antes al trabajo. Nueve meses después me quedé, definitivamente, sin familia.

En el orfanato pase mi corta juventud y fue allí donde conocí a Francisco, hijo del decano de un orfanato del OPUS DEI. Su padre prefería educar a su hijo igual que a todos y Fran se sentaba a mi lado. Desde entonces nos hicimos inseparables.

Los dos nos hicimos monaguillos, hicimos la comunión, la confirmación…

Y en el momento que él se dispuso a seguir a cristo en el mundo de los estudios, yo me decidí por estudiar el mundo de la electrónica.

Siete años más tarde nos volvimos a encontrar, poco antes de que Fran conociera a Eva.

Fran dejó los estudios por cuestiones personales y se decidió por la abogacía.

Eva era estudiante de filología inglesa en la misma universidad donde estábamos Fran y yo. El destino nos unió en el bar. Y entre ellos surgió una historia de la cual yo sólo podría participar dejándome a un lado.

Lo cierto es que nunca estuve interesado por Eva, era demasiado prepotente. Pero ellos estaban hechos el uno para el otro.

Por aquel entonces Fran ya fumaba los tres paquetes al día.

El hábito no hace al monje, lo que hace… es la tumba. Y así fue.

Desde pocos meses después de la boda, no lo volví a ver, hasta que un día sonó el teléfono.

Eva me dijo que Fran estaba muy enfermo y quería verme urgentemente.

Cuando llegué ya no pude hablar con él. La enfermedad había corrido más que yo.

Un cáncer se apoderó de él, y lo destruyó en menos de dos meses. Hasta la última semana no sintió ninguna molestia, pero esa, fue la decisiva.

Uno de los grandes problemas de Eva, era que su marido había invertido el valor de la

casa en unas acciones que no había visto su fruto, y un día, todo el dinero despareció justo una semana antes de su muerte.

Fran era un buen abogado y eso le permitía pagar la elevada hipoteca que llevaba arrastrando. Su sueldo también permitía que Eva se quedara en casa sin trabajar, cosa que tuvo que hacer después de que su marido la abandonase por los ángeles.

Ahora trabajaba de profesora de ingles en un colegio de primaria, y el agua cada vez estaba más cerca de su cuello y sus bolsillos cada vez más vacíos.

Ella pensaba vender la casa y sacar algo pero… ¿Dónde ir?

Cuatro meses después de su muerte, aquí me encontraba: Con una pantalla en mi mano derecha y en la otra mano una vieja amiga. En medio, yo. Y ese era el principal problema, que “yo” era el encargado de juntar las manos y no sabía como.

- No se que hacer Fran! ¿Qué le digo? ¿Qué Hago?

“DEBES LLEVARME ANTE ELLA…”,”EVA LO ENTENDERA”,”ME NECESITA A MI PERO…”, “PERO SOBRETODO….”,”TE NECESITA A TI…”

La bombilla se encendió, no por el efecto del interruptor, si no por una aleación de mis neuronas que al fusionarse dieron el paso a seguir en este trabalenguas mental.

Sólo necesité buscar un poco, y allí estaba, tal y como yo pensaba.

Un par de retoques y ya estaría. Destornillar, soldar, pegar, atornillar, pintar y secar. Esta vez mi plan iría sobre ruedas, concretamente cuatro las de mi coche, que aparqué justo en frente de la casa de Eva.

La casa era enorme, con jardín y garaje. Una casa adosada en una muy buena zona.

Mi traje gris no hacía juego con la caja de color negro que llevaba en las manos.

El timbre resonaba por toda la casa y al tercer aviso, por fin la protagonista de la hazaña apareció ante mis ojos.

- ¿Si, quién es?

- Hola Eva, soy G…

- OH Garcías, que sorpresa! ¡Pasa! Perdona pero la casa está hecha un desastre….

- No importa Eva, tengo algo muy importante que decirte…

De mi frente empezaron a salir, como una reacción alérgica, gotas de sudor del tamaño de una lenteja, que resbalaban por la nariz dando la falsa sensación de un constipado.

Ella se quedó sorprendida al escuchar mis palabras y al ver mi pose febril. La pupila de sus ojos azules iba cambiando de tamaño como una cámara “REFLEX”.

- ¿De que se trata? ¿Qué te ocurre Garci?

- No, no es a mi es tu … Te explicaré. Dije dejando el paquete oscuro sobre la mesa.

- Fran, tu marido, antes de morir dejo escrito en el testamento que a los cuatro meses se me entregara esta caja con instrucciones para que te la entregase a ti Eva.

- ¿Pero cómo es posible? Yo misma leí el testamento, no ponía nada de una caja y menos de ti… ¿De donde has sacado eso? ¿Qué clase de broma es esta?

- No, no por favor Eva, no te enfades.

La cosa empezaba a complicarse y a salirse de mis manos. Tenía que controlar la situación, si no, no valdría de nada todo mi esfuerzo.

- Eva… No era un testamento… “Real”. El paquete lo dejó en una casilla de correos con órdenes expresas de que se me entregará a mí con estas instrucciones.

- Y ¿Qué instrucciones son esas?

Sus lágrimas le resbalaban por la cara y el temblor de sus ojos me hizo un nudo en la garganta.

- Las instrucciones dicen que he de entregarte a ti el paquete.

Eva se enjuagó las lágrimas en un pañuelo de papel, se levantó de la silla y con dos manos sostuvo cada uno de los extremos de la caja negra.

Un pequeño esfuerzo hacia arriba y la sorpresa se convirtió en asombro y después, decepción.

En el interior yacía un aparato inactivo, inmóvil, inerte y sin vida, pero en su interior un corazón digital palpitaba bit a bit, y un sentimiento más fuerte que el amor hizo que el corazón de la señora Almoneda vibrara en su misma frecuencia.

Su mano se deslizó por encima de las teclas, acariciando con las yemas de los dedos los números, los signos, las palancas, el papel, la pantalla y en el botón de encendido se detuvieron con dudas.


- ¿Qué es esto?¿Que broma de mal gusto es esta, Garcias?

- Eva… Es tu… Es una máquina contable… Tiene un mensaje para ti. Enciéndela. Todas tus respuestas están ahí. Si me disculpas, te dejaré sola..

- No por favor. Quédate. Sola no podría soportarlo…

Me levanté y me dirigí hacia ella, quedándome a medio metro entre ella y la máquina.


Toda una vida pasaría sobre sus ojos llorosos, cuando al encender el aparato las letras pasaron lentamente por la pantalla.


“HOLA AMOR MIO“, “SI LEES ESTO… ES QUE YA NO ESTOY A TU LADO”

“NO CULPES AL MENSAJERO”, “GARGIAS FUE MI MEJOR AMIGO”, “Y LE ENCARGUE ESTA PEQUEÑA MISION”,”PARA QUE TU RECIBIERAS ESTO…”

“DEBO DECIRTE UNA COSA MUY IMPORTANTE…”

La pantalla detalló lo necesario para que Eva recuperara todo el dinero de las acciones para tapar el inmenso agujero que éstas habían hecho.

Una semana antes, Fran las había conseguido vender al broker de una empresa, a un precio muy jugoso. Luego sacó ese dinero y lo guardó en la caja fuerte situada en su estudio, una planta por encima, justo detrás del cuadro de “la Venus desnuda”. Después de decir la numeración de la pantalla escribió sus últimas palabras.

“HASTA QUE VOLVAMOS A VERNOS”,”TE QUIERO EVA”

“QUE DIOS TE BENDIGA”, “SE FELIZ….”,”…………..”

La poca luz que despedía la pantalla se apagó para siempre, y ese gran nudo en mi garganta se deshizo, para dejarme un sabor amargo de tristeza y el dulzor de saber que había hecho lo correcto.

Entre lágrimas subimos un piso y descubrimos la caja fuerte.

En su interior reposaban tres cheques a nombre de Francisco Almoneda, con la solución a todos sus problemas.

Es curioso que cuando consigues resolver un problema grande, te queda ese mismo vacío en el corazón, dejando por un momento a un lado, el resto de problemas.


La mezcla entre risas de felicidad y lagrimas amargas de soledad, salieron en forma de agradecimiento hacia mi por parte de Eva y de esta forma partí con la promesa de volvernos a ver un futuro no muy lejano. Y así fue, pero eso, es otra larga y aburrida historia que no voy a contar…

No Continuara…

FIN


28 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 5)

Parte 5

Que fría está una casa si no hay nadie viviendo en ella. Pero yo tengo una ventaja: mi pisito se calienta rápido.

30 metros cuadrados no dan para correr pero si para tenerlo todo donde hace falta.

Una sola habitación y un lavabo, el resto, la famosa distribución por cortinas. No os podéis imaginar lo que una conocida marca de muebles y decoración puede hacer por vosotros si estáis en la misma situación...

El “estudio”, es decir, el rincón donde estudio, está formado por una mesa de 50 centímetros y una silla y da codo con codo con la cocina, un fogón con horno, una mini nevera siempre vacía y una mesita con bisagras a la pared.

Sobre el estudio una televisión con DVD y una cadena de música hacían equilibrio en una estantería hasta el techo. Detrás del estudio, la cama, ahora escondida tras un armario, y seguramente con las sábanas arrugadas.

Al la derecha de la cama el lavabo, con su mini taza, su mini plato de ducha y su mini pica. Y a la izquierda la puerta de la casa, por donde entré con prisas.

La estufa de butano se encendió, tras unos toques maestros de mis manos, y en cinco minutos ya tenía aclimatado el mini apartamento, aunque peor es el dolor de cabeza que da ese calor.

De mi mochila saqué la caja “ESTX” y la deposité sobre la mesa.

Me subí a la silla e intenté localizar la caja de herramientas “buena”. Una caja de herramientas “buena”, es aquella que sólo utilizas para ocasiones especiales, como el güisqui “bueno”, aunque la mayoría de las herramientas hayan salido del trabajo, donde tratas con materiales de calidad.

Pesaba mucho, había mucha calidad dentro.

Saqué una pila de petaca de 12 voltios a medio cargar, el destornillador CX, alicates, soldador y estaño.

Con cuidado abrí la caja y allí estaba la memoria.

Dos terminaciones eran las que recibían la energía y encajaban en la ranura de la máquina preparada para tal efecto. Sólo era necesario soldar dos cables cada uno a un borne y soldarlo a la pila, eso lo podía hacer hasta un mono.

El display mostró una ristra de ochos, el número universal de todo aparato, con el ocho se pueden hacer todos los números y la mayoría de las letras.

Eso me indicaba que iba por buen camino, aunque no mostraba ningún mensaje especial a excepción de la hora y el día.

“11:48 01-12-2004”

Por mucho que preguntara, no recibía contestación. Los minutos iban pasando y a medida que incrementaban también crecía mi nerviosismo.

Empecé a gritar su nombre muy alto, realmente lo podía decir más claro, pero no más alto.

“11:52 01-12-2004”

El pánico me invadió.

Habría cogido la caja buena, si es que realmente la llegué a cambiar. Todo fue tan rápido. Pero no quería volver a ese sitio, la fama la tenía por los suelos.

Me imaginaba al dueño echándome los garbanzos al rojo vivo por la cabeza, por haberle estropeado la máquina.

Tenía que volver. Me había dejado la caja buena puesta….Que cabeza…

- ¡Dios mío! Exclamé. Lo que es peor, me he vuelto totalmente paranoico.

Está todo en mi cabeza. No hay espíritus en máquinas de tabaco. Además nunca he creído en esas cosas….mañana voy a un psiquiatra….

Con el soldador volví a quitar las soldaduras hechas es las terminaciones, y entonces vi una marca en la parte de atrás de la caja.

Una equis blanca, me indicaba que esa era propiedad de mi empresa, realmente había cometido un error garrafal.

Cerré la caja y la volví a meter en la mochila tirándola con rabia. El sonido fue el de un impacto plástico con plástico.

- Que tonto soy, me he equivocado. ¡Claro! Dije quitándome de nuevo la cartera.

Lo que no recordé fue que de mi empresa había cogido dos cajas en lugar de una y en vez de sacar la caja titular, había sacado la suplente, que definitivamente se quedaría en el banquillo.

Con gran velocidad saque la “ESTX” buena y repetí la operación.

La pantalla se plagó de ochos y mi alegría volvió de la misma forma que las palabras recorrían la pequeña pantalla de derecha a izquierda.

“BENDITO SEAS SI QUE HAS TARDADO”, “NO ESPERABA MENOS DE TI”

Mi risa rebotaba en las paredes, como una pelota de frontón y una de dos posibles cosas era cierta. Me había vuelto loco definitivamente, o mi amigo estaba hablándome a través de un pequeño aparato…

- ¿Como es posible? ¿Por qué puedes comunicarte?

“NO LO SE”, “PERO DEJE ALGO PENDIENTE QUE DEBO ACABAR”

- ¿Has visto a dios? ¿Cómo es el cielo? ¿Has visto la luz al final del túnel?

-

“ESO……”, ”… NO TE LO PUEDO DECIR……”, “CUANDO ESTES PREPARADO LO SABRAS”

- ¿Y cuando estaré preparado? ¿Has vuelto por mí? ¿Voy a morir?

-

“NO… NO HE VUELTO POR TI”, “LO OTRO… SOLO DIOS LO SABE”

- ¿Pero porque una máquina de tabaco? ¿Por qué no en una persona? Yo pensé que las almas sólo se reencarnan en seres vivos….

“YO NO ELEGI ESTA FORMA”, “COMO YA HE DICHO EL SEÑOR TIENE MUCHO SENTIDO DEL HUMOR”, “AMIGO……”, “EN EL PURGATORIO HAY MUCHAS…… MUCHISIMAS ALMAS”, “Y CADA VEZ HAY MENOS SERES VIVOS”, “HAN DESAPARECIDO MUCHAS ESPECIES”,”Y MAS QUE ESTAN EN PELIGRO DE EXTINCION”, “PERO…HAY QUE ADAPTARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS”, “…HE SUSTITUIDO PULMONES, CORAZÓN, MANOS Y RIÑONES… “,”POR BOBINAS, RESISTENCIAS, BOTONES Y CONDENSADORES…”, “GARCIAS……ME QUEDA MUY POCO TIEMPO…..”, “NECESITO TU AYUDA…..”

- Claro amigo. Perdona. Cuéntame.

“NO SE COMO PODRE AGRADECERTE TODO ESTO”,”AHORA TIENES QUE…….”

- No te preocupes por mí. Dime, cuéntame…

-

“TIENES QUE LLEVARME ANTE MI MUJER”, “HE DE DECIRLE ALGO MUY IMPORTANTE”

Mis manos puse sobre la cabeza y el labio inferior se quedó agarrotado por la sorpresa.

- Una cosa es que te saque de un restaurante y otra que vaya a tu… mujer y le diga que su difunto esposo está reencarnado en una pantallita electrónica. Le diré: “Tranquila que no muerde, puedes tocarle…”…

-

“TU ERES EL EXPERTO”,”NECESITO…..”, “ME QUEDA MUY POCO TIEMPO….”,”………………….”

El silencio visual se hizo y un soplo imaginario en el corazón me hizo estremecer.

- Pero ¿Qué puedo hacer?

Continuara…

24 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 4)

Parte 4

- Buenos días. ¡Documentación! El agente no dejaba de mirarme de arriba a abajo.

- Buenos días .Si tome. Saqué la cartera y de ella cayó el carné falso de ENAXTAB que había estado “fabricando” el día anterior.

- Y esto ¿Qué es? El agente miró con incredulidad el carné.

- Es que… Yo…bar…. amigo… máquina…tabaco… Dios…

Miles de palabras salieron de mi boca. Ninguna con sentido.

- Y ¿Va a tardar mucho? Preguntó el policía.

- Eeem... No... Poco.... Diez minutos. ¿Pasa algo agente? ¿He hecho algún delito?

- Aún No.¿Tiene monedas sueltas? El policía extendió su mano derecha, entregándome el carné.

- ¡Claro! Dije sacando dos monedas de veinte céntimos. Sólo tenia de veinte, las que tenía de dos euros estaban en la ranura de la máquina…

- ¡Mire ahí está la máquina! El horario de la Zona azul empieza a las 10:00, y son las 10:30. Saque un ticket para el tiempo que quiera. Y si después no viene a ampliar ese tiempo, le pondré una multa de 5 euros. Usted sabrá….

Y el agente se marchó calle abajo para revisar los papelitos que había en los coches, y supongo que a ver si caía alguna multa… y cayó...

En ese mismo momento me di cuenta de que el sol lo tenía a mis espaldas y era imposible que el agente hubiera visto nada en el interior.

Fui corriendo a la máquina e introduje las dos monedas.

“10:32 estacionamiento para las 10:52”, “Recoja su ticket. Gracias”

Y me cercioré de que realmente ponía “Gracias”.

Habían pasado veinticinco minutos, no iba tan mal de tiempo, pero aún quedaba lo peor…

Vísteme despacio que voy con prisa….Pensé mientras empezaba a caminar cada vez más deprisa.

- Vestido estoy, ahora sólo falta correr.

Atravesé las dos manzanas a gran velocidad y justo una puerta antes del bar, me detuve.

Estaba sudando como un cerdo y no sabía si la barba se me había despegado.

La gorra hasta las cejas, una camisa amarilla dos tallas más grandes, una barba completa de “Melchor”…

- ¡Que pinta! Parece que voy a los carnavales. Dije mirando el cristal de la cabina de teléfono que hacía la función de espejo.

Uno se da cuenta de sus propios fallos si los conoce, a no ser que sean muy obvios y los vea todo el mundo...

Cuando me di cuenta tenia todo el mentón irritado por culpa del pegamento de la barba, y lo peor era que no podía rascarme o se despegaría.

Al fin, aspiré profundamente dos veces y adelanté la pierna izquierda para entrar por la puerta.

- ¿Es mejor empezar con la izquierda o con la derecha? Pero si nunca he sido supersticioso… ¿Que estoy diciendo?

No podía detener el temblor de mis piernas.

- ¿Y la voz? ¡Joder! No he caído en ese detalle. Con lo malo que soy haciendo imitaciones.

Miles de dudas atacaron mi cabeza. El pie que había avanzado lo retrasé.

Quería irme a casa. Quitarme esa odiosa barba. Olvidarme del tema.

- ¡Dios como pica! ¡Esto es una mierda!

Una furgoneta color gris pasó por la calle. Lo que me llamó la atención fue la pegatina de la empresa. “ENAXTAB”.

- No. Son ellos… Joder. Joder. Joder. Dije reculando sobre mis pasos.

Habían pasado diez minutos y yo delante de la puerta del bar como un maniquí.

En la calle no había sitio y yo sabía que el único hueco disponible a esa hora, era la zona azul, justo al lado de mi coche. Cinco minutos y ellos estarían aquí.

Di media vuelta y empecé a caminar dirección contraria.

A mi cabeza acudieron pensamientos.

Recuerdo que Fran siempre decía que era un cobarde. Nunca cambiaré.

Además me estaba volviendo loco…

- ¿Cómo es posible que un muerto se reencarne en una máquina de tabaco?

Él siempre me defendía de pequeño… ¿Qué tenia que hacer?

Sólo entrar: Buenos días. Abrir. Sacar. Cambiar. Cerrar. Salir.

La parada del bus mostraba la publicidad del momento.

- “JUST DO IT”… “Sólo Hazlo”. No pienses.

Este era mi momento de demostrarles a todos lo que valía…

Di la vuelta y corrí hacia el bar. La barba arranqué de mi cara y la tiré a una papelera.

Entré en el bar. Berni estaba en la barra.

- Buenos días. Vengo de ENAXTAB. Y dejé el carné sobre el mostrador.

Me dirigí directamente a la máquina y saqué mis herramientas.

- N… ¿Nos Conocemos? Preguntó Berni interrogándome con la mirada.

- No. Siempre viene mi compañero. Pero ahora viene, está aparcando. – Nunca llegaré a saber de donde salió esa voz tan grave.

- ¿Es por el cable no? Dije dirigiéndome hacia el aparato.

- ¿Cómo lo ha sabido? ¡Yo no le dije nada! Dijo Berni, con esa mirada que utiliza para atemorizar a sus victimas. Pero hoy no sería yo la víctima.

- Eeemm. Lo he supuesto. Hay un gamberro por esta zona que es de otra compañía que se dedica a cortar los cables. Un cabronazo. Tiene unas gafas de pasta grandísimas, bajito feo…. Como lo pille un día… lo destrozo. Dije poniendo cara de perro sarnoso.

- A..ah. Creo que tengo una tarjeta de él. Ahora la busco…

Vaya forma de echarse mierda por encima de uno mismo. Éste seguro que llama a la empresa acusándome… pero no tienen pruebas…ya pensaré más tarde en ello.

Abrí la máquina y destornillé la caja de protección de la memoria con los tornillos CX en 5 segundos.

Saqué la otra memoria que había cogido prestada de mi empresa y la reemplacé.

10 segundos más tarde, la caja ya estaba atornillada como si nada hubiera pasado.

Di la vuelta a la máquina y observé el cable en el suelo.

Me dirigí hacia el mostrador y recogí el carné.

- Voy a buscar a mi compañero para que traiga un cable y lo ponga. Enseguida viene. Dije mientras salía por la puerta.

- P.. Pero… ¿Cómo…? Berni se quedó con la boca abierta sin moverse.

Salí del bar y al final de la calle tropecé con el técnico verdadero. Me quité la gorra y me puse las gafas de sol. Que curioso era ver a dos personas en la calle cruzarse con la misma ropa. Camisa amarilla y pantalones azules…

La mejor actuación de mi vida.

Al llegar al coche dos cosas más me asombraron: había pasado un minuto de los veinte que ponía en el ticket de la zona azul y un papelito me informaba de que debía pagar 5 euros de multa.

El guardia pasó por detrás.

- ¡Perdone agente, pero si sólo ha sido un minuto! Dije intentando poner cara de pena.

- Las normas son las normas. Si paga ahora son 2 euros, sino 5. Usted sabrá.

Revisé en mi cartera y volvió a caer el carné falso al suelo.

Sin darle importancia recopilé la colección de monedas de veinte y le serví 10 de ellas en la mano del agente, llegando a la cantidad exacta de dos euros.

- Tome el recibo. Dijo el guardia con cara de satisfacción.

- Gracias. Y me reprimí el comentario de: “Tómese la cervecita a gusto”.

- Oiga. Póngase “After Save” sin alcohol, que tiene toda la cara irritada. Está usted mejor sin barba. ¡Ha hecho bien en afeitarse! El agente que había recogido el carné del suelo, me lo entregó y cerró la conversación con un guiño y una sonrisa.

Ya había conseguido la fuga, pero… ¿Cuanto tiempo resiste un alma sin pilas?

Recordé que tenía a mi supuesto amigo en la mochila, así me metí en el coche y lo saqué pero la pantalla no mostró ningún mensaje.

- Necesito Energía. Dije

Arranqué el coche y me dirigí hacia mi casa. En ella tengo todo lo necesario…

Continuará

23 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 3)

Parte 3
Llegó la mañana del uno de diciembre, y con ella el gran día.
Llame a Jose, mi jefe, y le dije que me encontraba muy mal…
- ... posiblemente tengo "gastroenteritis "Jose, algo que comí ayer….

Colgué y me dirigí hacia “la Taberni”. Entré, saludé y me senté tres mesas por detrás de la que estaba al lado de la máquina.
Fran me había contado que los miércoles es el día de fiesta de Berni y no estaría en todo el día. En el bar sólo había un camarero joven.
No había nadie así que con un café con leche tuve que esperar a que hubiera otra persona más.
Entró un hombre mayor andando con dificultad. Por la confianza con el joven, parecía que era un cliente fijo y se sentó en la barra de espaldas a mi.
- Un “Sol y sombra”. Gritó con la voz rasposa.
Lo cierto es que estaba esperando la ocasión de que se despistara el camarero para empezar con el plan. Y el momento llegó…
El camarero se había quedado sin anís y se disponía a buscar más en el almacén, que estaba detrás de una cortina de tiras con nudos.
Cuando desapareció, me dirigí como un rayo a la pantalla .
- Lo voy a hacer. Por fin serás libre.
“CONFIO EN TI”, “ME PONGO EN TUS MANOS”
- Aguanta compañero. Dije desplazándome hacia la parte de atrás.
Cuando el camarero volvió, me encontró golpeando la máquina como un loco.

- ¡Eh! ¡Eeeh! ¡Cuidado joder! ¿Que coño pasa? Dijo el joven con enfado.
- ¡Que se me ha quedado los cuatro euros la cabrona!

En la pantalla no marcaba nada. El camarero fue hacia la barra y trajo las llaves.
Cuando la introdujo se extrañó de que la máquina no tuviera la luz encendida y la pantalla no mostrara nada.

- Juraría que la he enchufado esta mañana. Dijo extrañado el joven.
Dio la vuelta a la máquina y cuando se dispuso a coger el enchufe de suelo, lo cogió, pero se le quedó en la mano….
“Alguien” había seccionado el cable desde el principio.
- ¿Quien coño…? Cuando lo sepa Berni me mata…. Una mezcla de angustia y rabia se podía ver en la cara del camarero.
Fue rápidamente hacia la barra y cogió el teléfono.
- ¿Si? Oye Berni, que me he encontrado el cable de la máquina de tabaco…Si, si lo tengo en la mano…Todo…no, no puedo enchufarla, ¿Cómo la voy a enchufar con los dedos?....Diez minutos…Vale te espero.
¡Mierda! No contaba con que llamara a Berni, y encima viene para aquí. Si me ve aquí fijo que sospecha de mí. Y yo que pensaba que llamaría al servicio técnico….Tendría que haberlo planeado…Joder…
Aún y así me pedí un bocadillo de atún y una cerveza. Con la mezcla de leche y cerveza seguro que me entra gastroenteritis...
Berni llegó .Habló con el camarero y fue directamente a ver el daño ocasionado.
Con el cable en la mano, se giró y pude ver en sus ojos acechadores algo que me hizo pensar que sabía que había sido yo.
Un sudor frío me bajo por la sien y las manos me temblaban así tuve que dejar la cerveza porque con el tembleque las gotas salpicaban en la mesa.
Berni fue hacia la barra y buscó en la guía. Descolgó el teléfono y marcó el número que yo estaba esperando.
- ¿ENAXTAB? Hola, soy de “la Taberni". Si, mira que ha pasado algo con su máquina …Si, si, entiendo…Vale, ¿Cuanto? 40 minutos vale. Hasta Luego y gracias.
Acabé el bocadillo y la cerveza. Tengo veinte minutos para hacer una “fuga”.
Me acerqué a la barra para pagar y Berni se dirigió hacia mí.
- ¡Mira! Un cabrón ha cortado el cable de la máquina. ¿Tú no has visto a nadie, no?
- ¿Yo? No, ¿Por qué crees que tenía que haber visto nada? Yo he sido quien se ha dado cuenta. Joder se me ha quedado cuatro euros, el chaval lo sabe, se lo he dicho. Dije nervioso.
- Bien, bien. Tranquilo. Cuando la arreglen, si es que hay dos monedas de dos euros en la rejilla te los devolveré.
Para mi tranquilidad, los había metido previamente. Pagué y me fui del bar. Todavía recuerdo una mirada de odio clavándose en mi nuca.
Seguramente pensaría que lo había hecho para que se cambiara de compañía.
Pero mejor eso, que saber que lo hacia por un amigo muerto, que estaba en esa máquina…

Y ahora ¿Cómo me hago pasar por un técnico? Si me han visto toda la cara. Ya me tienen fichado. No contaba yo con el dueño. ¡Mierda! Esto no puede salir bien…
Pero no puedo esperar ha de ser hoy y ahora mismo, casi no tengo tiempo.
Habían pasado 10 minutos y el reloj avanzaba…
Tenía el coche una manzana por detrás del bar. Dentro había camisa, pantalones y chaqueta. El día anterior compré una barba postiza y estuve haciendo pruebas en casa pero no quedé satisfecho. Quedaba muy a “rey mago”.
Me quité las gafas y me puse las lentillas que me pongo los fines de semana, la camisa, los pantalones y la chaqueta.
¿Me pongo la barba o…? No hay más remedio.
En el retrovisor me retoqué sin mucho afán.
El pegamento de la barba me provocaba un picor insoportable en el mentón.

Cuando salí del coche, era otro. Me di cuenta de que un policía podía haber estado observando toda la transformación y se acercó hacia mí.
¿Me pueden multar por disfrazarme? Pensé

Continuara…

22 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (parte 2)

Parte 2

En vista del ridículo, no volví hasta pasadas dos semanas.
Los cinco euros extras por menú del resto de bares, hicieron que me tragara el orgullo, ya que de la otra manera no podría “tragar” nada más hasta el mes siguiente.

Al entrar, me mordía la curiosidad y me dirigí hacia la máquina.
Un niño jugaba con sus botones.
“14:18 29-11-2004” , “Selección 1 … 2.4…”, “Selección 3 …”, “Selección …”, “Ayudame Garcilaso…”
De un salto me abalancé hacia la máquina y aparté al niño.
El niño sería lo suficiente pequeño para no poder ver la pantalla y además su versión no sería muy creíble.
“Garcias…Ayu…”, ”Su tabaco, Gracias” y cayó un paquete de “CAMEL” y dos monedas de 10 céntimos.
Asombrado me quedé. ¿Es posible que el niño haya encontrado la clave de burlar el sistema de seguridad? O es que alguien había metido dinero y no ha seleccionado…no… si hubiera pasado eso, ahora estaría dándole patadas…pero el niño no llega a introducir las moned…
- ¿Ocurre algo?
La voz provenía de “Berni”, el dueño.
- Pues mire, ya que está usted aquí. Me acaba de dar un paquete de CAMEL, por la cara. Dije mostrando la cajetilla con el cambio.
- ¿Ah si? Dijo sorprendido Berni. Nadie de este bar me hubiera dicho nada si eso fuera cierto.
- Yo no soy nadie. Además no me gusta esta marca…

El dueño fue hacia la barra y trajo lo que parecían las llaves.
Seleccionó una de entre cinco y la introdujo en la cerradura. La máquina se abrió y, no se porque, esperé encontrar a un enano con un teclado en su interior.

El interior estaba impoluto, la pantalla y la memoria programada estaban protegidas con una caja “ESTX” y tornillos de clase CX, que requerían de una herramienta especial que no llevan los instaladores. Sólo un técnico de reparaciones tiene esa herramienta, aunque siempre pueden robarla claro…

Berni cogió la cajetilla de mi mano y la volvió a introducir en la columna correspondiente. Después cerró y volvió hacia la barra.
- ¿Va a comer sólo? Le invitaré a café. Pregunto el dueño sin mirarme.
- Si, como siempre. Gracias.
“Era para ti Garcias”, ”Ayudame Garcías por favor” El aparato volvió a escribir.
- ¿Pero qué está pasando? ¿Realmente se está refiriendo a mi? Dije mirando hacia un señor que comía justo en la mesa de al lado de la máquina.
Éste, que estaba con el café, se levantó y se fue echándome una mirada de desconfianza, como aquel que mira a un loco.
Aproveché la situación y ocupe ese lugar.
Desde esa silla se podía leer perfectamente la pantalla que, ahora volvía a marcar la hora.
Giré la vista hacia el camarero y éste al verme, con un gesto de desagrado se dirigió hacia mí.
- Ahora vengo a tomarle nota. Dijo mientras retiraba los platos sucios y la taza de café.
Y aún se enfadó más cuando vio las dos monedas de 10 céntimos en mi mano medio abierta y el platillo que contenía la factura vacío.

Al volver la vista me centré en la pantalla que ahora estaba apagada. Y de repente…

“NECESITO TU AYUDA GARCIAS”, “TIENES QUE AYUDARME”.

Yo me estoy obsesionando con el trabajo. Pensé.

“GARCILASO GARCIA GARCIA”, “ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”

¿Cómo sabe mi nombre? Pensé mientras intentaba adivinar quien me podía estar tomando el pelo.

“GARCILASO SOLO TU PUEDES AYUD…” y desaparecieron de la pantalla.

- ¿PERO QUE COÑO QUIERES JODER? El grito posiblemente se escuchó hasta en el bar de enfrente.
- Venía a tomarle nota, señor. Si quiere vuelvo más tarde… dijo el camarero asustado.
- ¿Eh? No, no perdona.¿Qué…? ¿Qué tienes en el menú? Dije descolocado.
- De primero: garbanzos, acelgas o cocido madrileño y de segundo: Filete, dorada a la sal y tortilla de habas.
- Eeeeeeeem . Comeré garbanzos y tortilla. Gracias.
El camarero marchó y me quedé pensando en mis cosas, y durante ese momento se me olvidó por completo que la máquina tenía mi nombre en su memoria. Hasta que volví a girar la cabeza.
“SIENTO MOLESTARTE PERO TIENES QUE AYUDARME”
- Pero ¿Que quieres que haga? Dije bajito. Como si pensara que realmente me pudiera entender.
“SACAME DE AQUI POR FAVOR” , “PUEDO PAGARTE…”
- Si hombre, que quieres que te lleve debajo del brazo. Además perteneces a otra compañía. Y tú… ¿Cómo coño sabes mi nombre?…Un momento… Pero ¿Qué hago?¿Le estoy hablando a una máquina de tabaco?, Esto es el colmo…
“POR FAVOR LLEVO MUCHO TIEMPO ESPERANDOTE”
“ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”
“TIENES QUE SACARME DE AQUÍ SOY FRANC….”
La máquina volvió al fundido en negro de su pantalla.
-¿Señor? Preguntó el camarero viendo que tenia los brazos sobre el medio del mantel y no dejaba de mirar al aparato.
- Si. Gracias. Los garbanzos no había quien se los comiera. Recién sacados de la olla, la humareda me nubló las gafas de pasta y por un momento, todo se volvió borroso.

Yo sin gafas no soy nadie. ocho dioptrías en el ojo izquierdo y diez en el derecho. Pesan más mis gafas que mi móvil.

Cuando los cristales estuvieron limpios, volví a mirar con interés la pantalla.
“NECESITO QUE ME CREAS…”, “SACAME DE AQUÍ” “TENGO QUE HACER ALGO”
- Y ¿Qué harás? ¿Ir andando por la calle después de que te saque de aquí? Dije con la intención de seguirle el rollo.
“YO NO ELEGI ESTO”, “CURIOSO DESTINO…”
- ¿Qué quiere decir “curioso destino”? Lo confieso, me picó el gusanillo.
“YO NO ELEGI ESTE CUERPO”, “TODO VIENE IMPUESTO”, “SOY COMO SOY, PORQUE DIOS ASI LO ELIGIO…”, “DICHOSO ES EL SEÑOR”, “LOS CAMINOS DEL SEÑOR SON INEXCRUTABLES…”.
- Lo que me faltaba. ¡Que una máquina me intente hacer creyente! Debe de ser la última moda!
Lo cierto es que me recordó a un buen amigo de creencias cristianas muy profundas. Era hijo de uno de los dirigentes del OPUS DEI. Un hombre muy pesado por cierto, pero con un gran corazón. Murió de cáncer hace ya cuatro meses. Fue una pérdida muy grande y su mujer todavía no lo ha asimilado. Aunque peores fueron las deudas que le dejó….

“GARCILASO POR FAVOR”, “SE QUE TU NO CREES EN ESTAS COSAS”, “PERO HAS DE AYUDARME”, “EVA ME NECESITA…”
- ¿Qué está pasando? Ahora si que creo que estoy loco… Ahora me vas a decir que eres Francisco…
“SI…”
- ¿Francisco Almoneda Mercés?
“PORQUE TE EXTRAÑAS”
- Pero si ni siquiera tú creías en los fantasmas. ¿Qué haces ahí dentro? ¿Qué quieres un vidente? Tu sabes que a mi estas cosas nunca me han gustado…
Me di cuenta de que los garbanzos debían estar más que fríos y que el camarero estaría alucinado al ver como alguien hablaba con una máquina.

- Debo dejar de beber, ya. Dije poniéndome otra copa de vino de la casa.
-
“DEBES DEJAR DE FUMAR”

- Y ¿Quien me lo dice? El que se cascaba tres paquetes diarios…
-
“ESE FUE MI UNICO VICIO Y MI CONDENA”, “CANCER DE PULMON”
“QUE CHISTOSO ES DIOS… MUERTE ES LO QUE SIRVO...”,
“DE VIVO MUERO POR ESTO Y DE MUERTO VIVO DE ELLO”


Dos cucharadas comí de unos cubitos de garbazo y le dije al camarero que retirara el plato y me trajera una infusión. El hambre se me fue, igual que el calor de los garbanzos…

- ¿Cómo quieres que te saque? Eres de otra compañía. Dije.
Las gotas de sudor me resbalaban por la cara.
“TU SABES MAS QUE YO LO QUE DEBES HACER…”

La infusión llegó con 15 minutos de retraso. Tiempo suficiente para poder pensar en la forma de escapar de esa prisión sin rejas...

Ni yo mismo me lo creía. ¡Qué fácil soy de persuadir! Además por un aparato que dice que es un difunto amigo, reencarnado.
¿Qué hago yo planeando una fuga con una máquina de tabaco?
A mi esto de arreglar placas me ha afectado al cerebro. Seguro que el humo del soldador es alucinógeno o algo así.
Se empieza ayudando a una máquina de tabaco y…
Espero que mi madre, que en paz descanse, no se me aparezca en la pantallita del DVD. Me sentiría “vigilado”. De aquí al loquero y del loquero al manicomio, fijo.

“SABES LO QUE TIENES QUE HACER”, “CONFIO EN TI”, “15:48 29-11-2004”

El display volvió a mostrar la hora.

- Pero ¿Seguro que Funcionará… F… Fran? Pensé dos veces si sería apropiado llamarle por su anterior nombre.

Pero no hubo respuesta…sabía lo que tenía que hacer… ¿o no?
Pagué mi cuenta y me marché a casa dispuesto a pensar en lo que iba a hacer. Parecía sencillo. ¿Qué problema podía surgir?
Al día siguiente fui a trabajar como de costumbre.
Una vez en el trabajo, aproveché para “coger prestadas” algunas herramientas, en especial la llave CX y otro importante objeto que me serviría para el plan de fuga.
Durante todo el día actué un poco fingiendo que me dolía el estomago pero pude acabar mi jornada.
Fui a comer a “la Taberna” y mi “amigo” allí seguía.
“LO TIENES TODO”, “CONFIO EN TI GARCIAS”
- Tranquilo, lo tengo todo planeado.espero...
Las lentejas también ardían pero éstas, no dejé que se enfriaran.
Continuará…

21 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 1)

Parte 1
Las jornadas intensivas siempre me habían gustado, salvo por el pequeño, pero no por ello menos importante, problema de la comida.
Entras a las ocho de la mañana y terminas a las cuatro de la tarde, sin parar para comer nada. Ni almorzar, ni desayunar.
Claro luego llegas al bar y arrasas con el primer menú que aparezca…
Siempre suelo ir al mismo bar, “La TaBerni”, porque se come bien y barato.
Trabajo en una empresa pequeña que distribuye, repara y transporta máquinas de tabaco.
Me llamo Garcilaso García García. Bastante tengo con que mis padres fueran primos, como para que encima me llamaran Garcilaso …
Como han podido comprobar, dada la repetición, me apodan “el Garcías”.

Trabajo reparando máquinas de tabaco, a diferencia de mis dos compañeros: Martín y López que las distribuyen e instalan (y aprovechan la ocasión para comer y beber en todos los bares donde dejan las máquinas, pero pagando con tabaco)
Espero que esto no se lea como envidia, aunque la haya, pero de la sana.

Pese a ser una empresa pequeña movemos gran cantidad de pedidos, no se pueden imaginar la cantidad de máquinas de tabaco que se estropean al día…
Aunque mi jefe, viendo el futuro, ya está pensando en abarcar el mercado con otro tipo de máquinas que no conlleven una prohibición, como las de comida y bebida.

Era jueves y un retraso en un pedido me obligó a salir 40 minutos más tarde de mi hora.
Casi la cinco de la tarde y yo sin comer.
Fui al bar de siempre y comí como una fiera.
Pagué la cuenta y fui a comprar tabaco a la máquina, aunque digan que en casa del herrero cuchillo de palo, siempre se me olvida coger.
En el display marcaba la hora de izquierda a derecha y si seleccionabas una marca, su precio e informaba además de su disponibilidad, como todas…
“Selección 1 … 2.45 euros”
Introduje dos monedas de dos euros y la máquina no me devolvió mi cambio.
- ¡Coño! Dije enfadado.
En la pantalla mostró el mensaje que me dejó sin trabajo….

“Su tabaco, Garcias”
- Que Gracia. Pensé en voz alta. Hasta me han dedicado el mensaje.
Un golpe seco justo a tres palmos contando desde abajo y mis monedas cayeron. Gajes del oficio.
“Su tabaco, Garcias”
La máquina siguió repitiendo el mensaje.
- No me extraña que te quedes con el cambio, si es que te repites más que el ajo.
Estos fallos no son normales. Los mensajes vienen en memorias EPROM, donde se les introducen los datos una sola vez y pasan por un riguroso control de calidad.
Nosotros nunca hemos tenido un fallo léxico y mucho menos de repetición. Más bien suelen ser siempre problemas mecánicos: atascos de monedas o de cartones, etc.…
Pero ésta, podríamos decir que cumplía con todos los requisitos.
- Espero que no sea de las nuestras. Volví a pensar en voz alta.
Di la vuelta y miré fijamente la pegatina de garantía.
¡ENAXTAB! La competencia. ¡Menos mal! Sabía que nuestra no podía ser, a mi no se me escapa una….
“Ayuda, Garcias” Mostró esta vez la pantalla.
- ¿Cómo que “Ayuda”? ¿Qué Ayuda?
Miré alrededor, esperando que de un momento a otro soltaran una risotada Martín y López haciendo una de las suyas.
Ellos sabían que yo comía aquí, pero…¿Cómo habrán cambiado el texto?
“Garcias Ayudame por favor”
Me alejé de la máquina disimuladamente, dispuesto a marcharme y no tener que soportar la burla. Pero nada ocurrió. Ni risas, ni gritos, ni burla...

Al día siguiente volví a comer pero esa vez no pude dejar de mirar la pantalla de la máquina.
Recordé el extraño suceso y observé el comportamiento de la gente frente a ella.
- A mi me extrañó, ¿Por qué la gente no se extraña? ¡No dicen nada!
No lo entiendo. Debe de ser aleatorio. Pensé.
Antes de pagar, pasé por la máquina.
Un hombre estaba sacando monedas de su cartera y se disponía a introducirlas.
Observé atentamente la pantalla pero todo era normal.
El hombre se fue con su cajetilla.
Me quedé justo en frente de la máquina, a un metro.
“16:59 12-11-2004”
Era una preciosidad. Tenía ante mi una ‘EmTarc 545’. Alemana. Último modelo.
El “Mercedes” de las máquinas de tabaco: sistema antirrobo, estructura de aluminio reforzada…
- No recuerdo que antes tuvieran ésta. Pensé en voz alta.
“Su tabaco, Garcias” .Volvió a mostrar.
- ¡Que asombroso! ¡Ya lo tengo! Debe de ocurrir a las 15:00. Ayer seguramente acabé a la misma hora.
“Ayuda, Garcias” , “Garcias Ayudame por favor”
Empezaba a encajarme el asunto. Un extraño desajuste horario provocaría que se alteraran las letras…
“Garcias Ayudame”
- Casualidades de la vida. El señor “Garcías” para ayudarle. Dije mientras hacía reverencia al aparato.
“Garcilaso Ayud…” Las letras corrieron más deprisa y se perdieron.

“15:05 12-11-2004” Todo volvió a la normalidad

- Juraría que ponía “Garcilaso”. Debo estar volviéndome paranoic…
- ¿Disculpe?¿Está sacando? Preguntó una voz a mis espaldas.
- ¿Cómo? Dije de forma automática.
- ¿Qué si está sacando tabaco?. Es que está justo delante, ¿Sabe?
- No, no. Perdone. Y me aparté a la derecha.
En ese momento decidí marchar, pensando que el vino que tiene “La Taberni" no es blanco ni es tinto. Debe de ser rosado y peleón…

Al pagar en la barra le comente al dueño del local, “Berni”, que últimamente la máquina en cuestión no funcionaba bien.
- Ayer se me quedó el dinero y salen textos sin sentido en la pantalla. Le dije mientras sacaba de mi bolsillo una tarjeta de la empresa y la dejaba en la barra.
- Si no se la reparan, llámenos. Y dejé que mi sonrisa intentara dar la sensación de seguridad. Pero eso sólo le funcionaba a mi jefe. A mí, me quedó ridícula.
- Gracias, lo tendré en cuenta ¿Señor…?Dijo Berni, sin muchas ganas.
- Garcías, como el texto de la máquina. Dije mantenido la forzosa sonrisa.

En el mismo momento que salí por la puerta supe que mi tarjeta había encontrado un lugar caliente y húmedo. El cubo de la basura del bar…
Continuará...

17 febrero 2005

Visiones de un Invidente (Parte I)

-¡Cálmate Hernán!.¡Si te pones así llamaré a la policía!. Dijo la mujer asustada.
El señor Hernán Lámpado Jergo, estaba situado cerca de la chimenea.
Con su mano derecha sostenía una barra para agitar la leña, ligeramente alzada, que amenazaba el cuerpo de la futura ex-señora de Lámpado, la señora Isabel Dambar.

Ya hacía más de veinte años que el señor Lámpado, había heredado la gran fortuna de su padre, un negociante excelente. Diez años más tarde llegó el amor, su aún esposa, Isabel.

Si en una coctelera introdujéramos: un contable corrupto, una esposa derrochadora, un esposo despreocupado e inocente, unas inversiones sin futuro, unos extras al jardinero (por parte de la esposa) y una muy cara colección de coches, ¿Qué tendríamos?

Pues simplemente un cóctel, que si lo sirves en una humilde copa, los cubitos del amor se derriten, y queda una bebida caliente que deja la boca seca y con sabor amargo.

-Pero ¿De qué te quejas? Cariñ… Isabel reprimió la amorosa coletilla.
-¿De qué te quejas, Hernán? Si además te queda un coche, tu preferido. Y con los ahorros que te quedan puedes encontrar un “pisito” y vivir como un “señorito”. Sonó tan cursi y tan ridícula tanto una palabra como la otra.
- Incluso puedes trabajar. Y así terminó la frase, quizás esperando un asentimiento por parte de él.

Lo que ocurrió más que “asentimiento” fue un “asentamiento”. Hernán se negaba en rotundo. Era su casa su dinero y ella una chupa…sangre.

- ¡Todos estos años engañándome! Además por partida doble ¡Perra!¡ Mala Pécora!

La barra que sostenía agitó un cuerpo no leñoso, el de la señora Dambar.
Ésta cayó al suelo y no se pudo levantar, posiblemente tenia roto el brazo izquierdo.
Aún y así, le dio tiempo a llamar a la policía y avisar del suceso.
- Si yo no disfruto esta casa, tu tampoco ¡Víbora!
Como un loco, empezó a romper todo lo que se le encontraba por delante. Ventanas, jarrones árabes, cuadros...

Cuando la policía llamó a la puerta ,la señora Isabel acudió rauda a abrirla. Hacia poco que habían despedido al servicio y no estaba acostumbrada a esas tareas.
Cuando Hernán vio a la policía soltó el agitador.
Éste resonó como un trueno al tocar el suelo y dejó una curiosa marca en el parquet, el pico de un águila, curvo y amenazante.
Hernán cayó de rodillas en el suelo, sabiendo que todo lo tenía perdido y más después de su reacción.
Isabel sabía del temperamento de su marido y sólo en una mente tan fría como la suya, se albergaba la posibilidad de que todo hubiera sido planeado.
El excitante en la bebida, el agitador en la chimenea, los jarrones árabes y figuras al alcance y para encender la chispa: unas palabras viperinas. Pero eso ¿Quién lo demuestra?...

Continuará...

16 febrero 2005

Cúmulos en el cielo

-Y ahora el Tiempo con Manuel Saraté. Anunció la presentadora de los informativos de las 22:00 de "Cadena Sorla Televisión Regional".
Habíamos tenido una semana lluviosa y todo el mundo esperaba que por fin saliera un poco de sol en este fin de semana que ya estaba a la vuelta de la esquina.
Se podría decir que casi toda la región estaba pendiente de Manuel Saraté, esperando oír la buena noticia y por fin poder ir a la montaña o a la playa sin chubasqueros ni paraguas, y yo no era una excepción, aunque estaba angustiado porque esperaba una llamada.
El señor Manuel llevaba nada menos que 10 años en antena, toda una proeza para un meteorólogo.
Para los que como yo, que lo veían todos los días, era prácticamente uno más de la familia.
- Buenas noches querida familia. Era su coletilla.
- Sabemos que todo el mundo está esperando el buen tiempo... pero lamentablemente no va a ser así. Dijo como medio cabizbajo Manuel.
Siempre tan elegante, tan sonriente... pero esa noche, algo tenia que no encajaba. Quizás una media sonrisa forzada
o una mirada perdida, pero lo que realmente llamaba la atención era su traje.
- Que cara tan rara se le ve esta noche. Dije yo.
- Si, es cierto. ¿Te has fijado en su camisa? Marta, mi mujer lo confirmó.
Manuel llevaba un traje gris arrugado. De la chaqueta gris asomaba un pañuelo rojo a juego con una hortera corbata roja con topos blancos y una camisa rosa completamente arrugada. Daba toda la impresión de haberse levantado a las nueve de la noche a toda prisa.
- ...cielos con cúmulos y chubascos tormentosos por la cordillera cantábrica y lloviznas intermitentes en... en...
De repente se atascó.
Si te fijabas bien en su calva, se podían ver gotitas de sudor desplazándose poco a poco.
-... señoras y señores... hoy es mi último día en la televisión y si les soy sincero, me la suda que llueva , nieve o haga sol este puto fin de semana...
Por mí como si se mueren todos ustedes ¡CABRONES! Si pudiera... si pudiera... cogería este relámpago y mataría al director HIJO DE PUTA de esta cadena...

Ante tal expectación, supongo que, como si de un culebrón se tratara, toda la región estaría pendiente del televisor. El momento más violento de "cadena Sorla" algo de lo que todo el mundo hablaría al día siguiente.

El hombre empezó a ponerse rojo como un pimiento y empezó a comportarse como una bestia salvaje dando patadas por todos sitios. Cogió la pantalla de "CROMA" (la que se utiliza para hacer los fondos y en este caso los mapas del tiempo) y la tiró al suelo.

- Ya me dirán como voy a dar de comer a mis dos hijos, si un mal nacido me despide por las buenas y sin explicación...Que se donde vives y donde guardas el coche Alfonso Meridia, ¡Señor Presidente! La última frase sonó con tono burlón, si es que entre gritos se pueden distinguir tonos...

Supongo que el realizador estaría tomando café o hablando con las maquilladoras, porque no se dio cuenta del tinglado que se le había montado en el estudio 5 de la emisora hasta pasados los 50 segundos que duró la retransmisión . A éste supongo que también le caería la bronca del siglo.

Interrumpieron la emisión para poner anuncios: "Fuerzas Armadas. Alístate y trabaja mientras aprendes un oficio...."

Mi mujer y yo nos quedamos clavados al sillón, como el resto de la gente, olvidándose del buen o mal tiempo, del fin de semana, hasta de las lentejas en el fuego.

Tengo dos hijos que, por suerte, ahora duermen.
Sólo de pensar que vivo donde vivo porque me lo puedo permitir y pago lo que pago (que con dos hijos es mucho)...
No nos damos cuenta de las cosas hasta que nos pasan, por eso todavía no me he planteado lo que pasaría en el caso de que me despidieran, sabiendo que mis dos hijos y mi mujer dependen de mí.

Lo cierto es que es la mayor tontería, hacer lo que este hombre ha echo en antena, teniendo de testigos a toda la región.
Pobre hombre, pero ¡Que bien se habrá quedado! ¿O no?
Ahora le esperan juicios y denuncias.
Pero ¡Cuanto Valor!, cuanta gente en el mundo habrá querido hacer lo mismo cuando lo han despedido, y más en directo con miles de espectadores.
El teléfono sonó y lo cogí al segundo tono.
- ¿Si? Si señor Alfonso. Gracias. Muchas Gracias. Hasta mañana señor Alfonso. Muchas Gracias. Asentí yo.
- ¿Quien era cariño? Me pregunto mi mujer...
- El señor Alfonso. He conseguido el puesto...

Empezamos a celebrarlo y despertamos a los niños...Tanto tiempo esperándolo...

¡Cuanto Valor! ¡El señor Manuel si que tiene huevos!
No como yo, un pobre meteorólogo que aspiraba a más... y al final lo consiguió...

15 febrero 2005

El martillo y el yunque

El estribo, el martillo y el yunque

Es curioso. Cuanto más alcohol bebo, más me gusta como tocan...
¡Son cojonudos! Al principio del concierto, me parecía que los gallos del cantante (mi colega) hacían que perdiera fuerza la potencia de la música.
Una mezcla entre Héroes del Silencio y Los Suaves pero con toques de Rammstein.
La sala estaba casi vacía, como mucho 15 personas. Todo un record, por cierto.
Al segundo cubata ya no me daba cuenta de que suenan un poco descompasados, quizás es el local, hoy en día lo construyen todo muy deprisa y no se preocupan en los detalles.
Seguro que la acústica de la sala es una porquería.
Sólo lleva abierta dos meses, pero ya han pasado grupos de la altura de Fangoria y Dusminguet, sonaron muy bien, pero deben de ser los equipos que llevan que son tan buenos como caros, y un equipo caro lo soluciona todo, vamos eso creo...
En la cuarta cerveza, y tras los cubatas anteriores, le perdí el hilo a lo poco que pegaban los teclados en ese tipo de música.
Seguramente es que no estoy en medio de la sala y sólo la escucho a ella...
¿Qué curiosa relación deben tener los oídos y el alcohol?
Quizás es que destaponan el cerumen acumulado y aumentan la sensibilidad de la membrana del tímpano.
Seria un buen reportaje para la revista "Muy Interesante"...
A lo mejor es que "el estribo" no coge el "Martillo" y golpea al "Yunque" hasta que no ha cogido el puntillo. Como yo.
Pero ahora, ¡Ostia! Suenan de muerte. Además creo que entiendo hasta la letra. Que mensaje tan profundo...
-¿Como que se ha acabado? En fin no se que hora es...

Mira por ahí viene mi colega.
Del escenario bajaban los componentes del grupo con cara de decepción.
- ¡Joder! ¡Que mal hemos tocado! ¡Pero es que el cabrón ese me estaba despistando! Dijo Juan, el cantante.

- ¿Mal? ¡Tíos habéis estado Cojonudos! ¡Joder 15 tíos en la sala que no se han pirado, que menos!- Dije yo, intentando animar...

Lo cierto es que veía a todo el mundo muy serio.
Lo cierto era que en realidad veía a todo el mundo doble.

- Ya estamos otra vez. Si quieres que sigamos en el grupo, no vuelvas a traer a tu puto amigo el borracho. Nos ha acojonado a todo el personal. Nadie se acercaba, porque estaba el alcohólico éste, haciendo el imbécil. La teclista tenía la cara de pocos amigos.
Bueno supongo que la tendría. Su cara era una mezcla de ojos, narices y bocas. Y con ese carácter dudo de que tuviera amigos.

- No es mi amigo ¡Joder! Es un puto borracho que invite a una cerveza una vez y el muy cabrón se quedó el mechero.

- ¡Haya paz chicos! ¡Que os compro un disco! Por fin he comprendido vuestra música. Ostia tiene un mensaje muy profundo... Dije mientras sacaba de mi cartera 5 euros.
- Son 10 euros. Dijo la "teclas".
- Que precios...Mientras sacaba otro billete.
-Toma y pírate borracho.

-¡Que Bordes!, me dije a mi mismo. Les sigues a todas partes donde tocan, les compras el disco y encima ni te reconocen como fan ni como amigo...

En fin creo que tendré que comprarme una botella de JB para volver a entender la música...

14 febrero 2005

Zapping

-¿Si? ¿Quién Es?
-Hola señora somos de la policía. ¿Es usted quien nos ha llamado?
-Si. Hace una hora que se escuchan esos gritos… ¡La debe de estar matando!
-Debe de ser en el Tercero A.
-Si señora, ya los oímos. Ha hecho bien en llamarnos.
Los dos policías subieron por el ascensor, pese a que la escalera estuviera justo al lado de la puerta de la señora Márquez.
-Ésta debe de ser... ¡Abra! Somos de la policía.
Los golpes pararon y la mujer dejó de gritar.
Un hombre joven abrió la puerta. Llevaba ropa deportiva con manchas de sangre y cuatro arañazos en la cara que sangraban por cada surco. Pese a ello, el hombre no estaba para nada alterado.
- ¿Si? ¿Qué desean?
- Hola somos de la policía, ¿Con quien está usted?
- Eeees… una amiga, estamos jugando…
-¿Jugando? ¡Si! Mi hijo a veces juega a eso, va por el patio pegando palizas al resto de los niños, ha salido igualito a su padre…. Él lo llama “el Zurrón”.
- Queda usted detenido, ponga las manos en la espalda. Dijo el otro policía.

Le pusieron las esposas y abrieron la puerta del apartamento.

-¿Se encuentra usted bien señora?
Dentro de la habitación estaba la chica de pie mirando fijamente la pared, a su lado un televisor con la imagen congelada de una película de DVD.
-Señora ¿Se encuentra bien?
La mujer tenía toda la cara hinchada de los golpes y tenia un vestido azul, ahora manchado, que sólo se aguantaba por un hombro.
El policía se acercó para hablar con la mujer.
-Si no fuera por que es imposible diría que es ‘Sharon Stone’.Dijo el policía.
-Señora ¿Puede oírme? ¿Se encuentra usted bien?
El policía pensó que la mujer se encontraba en un estado de shock o que posiblemente le había reventado el tímpano.

-Tú y yo asqueroso cabrón, maltratador de mierda, nos vamos a comisaría. Dijo Paco el policía, gritando al detenido.
¡Jaime! Ya he llamado a la ambulancia, te quedas aquí que voy a llevarme a éste cabrón al coche.
El Hombre Joven no opuso resistencia, ni habló, ni gritó, ni se quejó. Más bien se diría que una leve sonrisa asomaba ensu cara.

Jaime, el otro policía, se acercó a la mujer herida.
- No te preocupes, todo va a salir bien. A ese no le ves más el pelo.
Cuando el policía cogió la mano de la mujer, ésta se deshizo en el aire como si de arena se tratase, y tras un segundo, su cuerpo entero se desintegró sin dejar rastro, justo delante de sus ojos.
Cuando volvió el compañero se encontró con un Jaime pálido, que le contaba la historia de que la chica se había esfumado en el aire.
-Mira Jaime no te preocupes, a ésta la encontramos ahora abajo. Lo malo es que si no testifica contra ese cabrón, mañana tenemos que soltarlo y volverá otra vez a lo mismo.
Al volver al coche vieron al hombre joven en la parte de atrás, pero ahora ya no había restos de sangre y ni siquiera tenía los arañazos en la cara.

- ¿Qué Cojones está pasando? ¡Esto es una cámara oculta Jaime!- Dijo Paco.
- Mira ¿Sabes qué?,- dijo el otro policía -, mejor que lo explique él en comisaría. Dijo Jaime. Pero ¿De que le acusamos?
- De maltrato e insubordinación ante la autoridad policial.
- ¿Y que pruebas tienes contra él?
- ¿Hacen falta pruebas?

Al llegar a la central, le tomaron los datos, huellas y su versión de los hechos.

-Quiero un abogado. Dijo el hombre joven.

Pasaron cuarenta minutos hasta que llegó el abogado de oficio.
- Hola, me llamo Rubén Soria, soy su abogado. Me han contado el caso, pero estoy muy confuso. ¿Le han agredido o amenazado esos bárbaros? Me han informado de que se le ha cogido “in fraganti”, pegando a una mujer que no es su esposa y tienen a todo el bloque de testigo. ¿Tiene usted pareja? ¿Era a ella a quien…? ¿Era con la que ‘discutía’? Dijo el abogado
Señor Zercón, piense que cuanto más sepa más podré alegar en su favor. Ahora están buscando a su compañera…
-No es mi compañera, ni mi amante, ni pareja ni ¡MIERDAS! Además no la encontrarán. Dijo Zercón. La palabra ‘mierda’ resonó en la sala como un trueno.
-Tranquilícese. ¿Que ha querido decir con eso señor Zercón?-Preguntó el abogado.
- No le he querido decir nada, sólo que no la encontraran. No existe. Se me fue de las manos, nada más...Siempre lo hago, pero esta vez se me ha ido. Me estaba dando rabia desde el principio de la película y sólo quería darle su merecido a esa act…
No tienen nada contra mí. ¿Me puedo ir ya?
-Eeeeem, si, deje que hable con la policía a ver que puedo hacer. Respondió el abogado.

El abogado salió de la habitación y se dirigió hacia uno de los dos policías.
-Si no se presenta ningún cargo contra mi cliente, no pueden retenerlo aquí más tiempo.
- ¿Que le ha contado? preguntó el policía.
- Mi cliente dice que estaban viendo un video y empezaron a discutir.
- ¡Discutir!, lo que yo vi no fue discutir precisamente. Esa mujer tenía la cara destrozada.
De echo no me extrañaría que se hubiera buscado una “compañera de alquiler” para “ver” la película. Por cierto ¿Qué estaban viendo?
- “Instinto Básico”
- ¡Si! -Dijo Jaime – La mujer que vi se parecía mucho a la Sharon Stone. Pero lo que pasó después, eso fue… esa mujer se vol…
- ¡Se escapó! Dijo el otro policía, cortando a tiempo la contestación de su compañero. Y ahora la estamos buscando.

El abogado fue hacia la sala para informar a su cliente de que quedaba libre, mientras los dos policías se quedaron hablando.
-Pero Jaime, ¿Tu eres tonto o que? ¿Qué coño le ibas a decir al abogado? ¿Qué quieres que te den la baja o te retiren otra vez a administración? Si, casi mejor, así acabarás otra vez con el culo cuadrado que tenias antes…

- ¡Vete a la mierda Paco! Se lo que vi y lo que pasó. Esa mujer no se me escapó, se derritió ante mis propios ojos, ¡lo juro!

El abogado se acercó al mostrador con su cliente.
- El señor Zercón está libre de cargos y se puede marchar a su casa.
- ¡Si! ¡Pero que sepas que te estaremos vigilando! Y en cuanto aparezca tu “putita” te vamos a meter un paquete por el culo. Dijo Jaime.
- Vigila lo que haces y a quien pegas que voy a estar detrás para olerte la mierda, ¡Hijo de puta! Dijo el otro policía.
- Saben que mi cliente no puede recibir ese trato, voy a cursar una denuncia contra ustedes. Dijo el abogado alzando la voz.
- Si pues entonces me voy a cagar en los mue...
- Paco! Cálmate!.

El abogado y el señor Zercón salieron hablando por la puerta y los policias se quedaron en el mostrador de la central.
- Me saca de quicio la gente así y para colmo ni a mi hijo puedo controlar…Dijo Paco
- Paco, creo que son muchos años trabajando juntos, y nunca me había pasado lo de hoy. Lo de esa mujer ha sido… muy raro, se quedó como de piedra y además, como coño explicas lo de la sangre y los arañazos en la cara.
- Jaime, pues sería un montaje, maquillaje ese de cine, ¿No dices que se parecía a la Stone?
- Ya no se que pensar. Sólo espero que esa pobre mujer aparezca…Necesito unas vacaciones…

Pasaron dos meses y pese a la búsqueda, la mujer no apareció.

Una tarde Paco le comentó a su compañero Jaime.
- Jaime, no te lo vas a creer! El otro día estuve con un colega echando una birras, hablando de casos raros y cachondos y salió el tema ese de la ‘Stone’… Dijo Paco eufórico
- ¡Joder Paco!¡Esto quedaba entre nosotros! No se te puede decir nada… Jaime sonaba muy irritado.
- ¡Tranquilo! Además le dije que fui yo el que lo vio. Pero lo mejor de todo fue ver la cara de Fernando. Se quedó más blanco que el mármol y se fue cagando leches. Como un perro con el rabo entre las piernas.
- ¿Quien es Fernando? Dijo Jaime frunciendo el ceño
- ¡El de la Secreta! ¿No te acuerdas? El que te dije que se quedaba con los CD’s piratas de los chinos.
- Pues tampoco era para salir corriendo pero…bueno prefiero olvidarlo. No duermo bien desde entonces… Fue una mala época y de mucho stress... Dijo Jaime apenado.

Una semana más tarde se encontraron a tres hombres uniformados en la central de policía.
- ¡Chicos! Los de la Agencia de Inteligencia nacional preguntan por el agente de policía Paco Suárez y su compañero. Es sobre el caso del señor Augusto Zercón. Les informó el compañero de la oficina.
- ¿Y estos quien coño son y que querrán de nosotros?- dijo Paco a Jaime.

Al llegar se remiraron todos de arriba abajo, analizándose mutuamente hasta que el más alto de los tres hablo.
- Por favor, pasemos a la sala. Somos del Departamento de Inteligencia de Asuntos Internos. Yo soy el Sr. Rodríguez, éste es el Sr. Bardo y el que tienen detrás suyo es el Sr. Malvato.
Por favor Sr. Suárez cuéntenos, ¿Qué pasó con el caso Zercón? El de la paliza a la mujer “ilocalizable”.

Tras contar la versión oficial, los agentes quedaron un poco decepcionados.
- Señor Paco Suárez, esa versión está muy bien, pero comprenda que yo no soy su jefe. Soy Más que él. Cuéntenos por favor que pasó en realidad. Sabemos que hubo “cosas raras” en el procedimiento habitual…

Las piernas de Paco temblaron un poco. Tragó saliba y con la voz temblorosa y medio soltando una risita nerviosa, explicó la versión no oficial a los agentes.

Cuando acabaron, los agentes no pudieron aguantar más y soltaron una risa atronadora que se oyó en toda la oficina y empezaron a aplaudir.

- Señores esto es una cámara oculta. Ésta broma nos la pidió el agente Fernando Urkaiz. Dejen de decir tonterías y hagan el favor de volver al trabajo o les quitaran el café...

- ¡Me cago en la puta de Fernando y su burra, ya sabia yo que no tenia que haberle dicho nada!
- No se te puede decir nada Paco ya te lo dije yo…
Los dos policías se quedaron discutiendo y mientras, los Misteriosos agentes abandonaron la central. Pasaron de las risas a la seriedad.
- O sea que por fin lo hemos localizado Sr. … Rodríguez.
- Pues si, 5 años nos ha costado. Pero ya lo tenemos otra vez. Dijo el agente Mavalto.
- Esta vez no se nos escapará. Si no se ha ido ya. Sabrá que le hemos localizado. Dijo Baldo.
- Es un tozudo, sigue en el mismo piso y luchará antes de que le atrapemos. Hay que estar preparados.Dijo el agente Rodríguez mientras subían al coche.

Llegaron los tres agentes en un Opel Astra y lo dejaron estacionado sobre la acera.
Al llegar al tercero A, sacaron una tarjeta de crédito y forzaron la puerta del apartamento. El tintineo de unas varas de bambú colgadas en el techo, les informaba de que su entrada ya no era sorpresa.
- Señor… Zercón ¿debo llamarle así? Sabe a que hemos venido , no nos lo ponga más difícil…Salga y todo será más fácil. Mientras hablaba el agente Mavalto, saco la pistola de tranquilizantes de su bolsillo derecho y la cargó.
Al abrir la puerta totalmente vieron una legión de marines americanos en guardia, justo delante de la pantalla.
- Éste seguro que ha alquilado “salvar al soldado Ryan” .dijo Baldo con tono burlón.
Los marines empezaron a gritar “FUEGO” y los disparos llenaron la casa de ruido, bombas y balas por todas partes.
- A nosotros no nos engañas Zercón eso es para los que no conocen tu don. Gritó Rodríguez. Además… ¡“Sharon Stone”! ¡Que bien te lo montas!
- No crees que a la vecina de abajo le dará un soplo en el corazón si cree que aquí está Vietnam en guerra otra vez…
- ¡Dejarme en paz! ¡Iros de aquí! ¡No me dejaré coger!

Las balas de los marines rebotaban en los cuerpos y las paredes y se deshacían convirtiéndose en polvo que luego desaparecía en el aire.
De entre los armarios salió Zercón con una silla con las cuatro patas afiladas. Parecía como si les hubiera sacado punta con un cuchillo.
Zercón empujo a Rodríguez y una de las patas se le clavó en la pierna. El agente herido cayo al suelo y empujo al agente Mavalto dejando la entrada del piso libre. Al intentar cruzar la puerta, Baldo disparó un dardo tranquilizante a la espalda. Zercón tropezó y cayo inconsciente por las escaleras.
-Aaaaah, deshaceros de todo esto. Dijo el Sr. Rodríguez sacándose la pata de la pierna.
- Tienes suerte si no te haya cogido la femoral. Tenemos que traer al Sr. ‘Zercán’. Dijo Mavalto.

Tocaron a todos los marines que se fundieron con el aire, llenaron el apartamento de gasolina y horas más tarde , los bomberos tuvieron trabajo para apagar el gran incendio que se produjo en el tercero A de los apartamentos SolYMar.
Entre los escombros encontraron un cuerpo, y lo identificaron como Augusto Zercón Malvés.

Mientras tanto en el Opel Astra viajaban cuatro personas, tres agentes y un hombre sedado antes llamado ‘Zercón’. El coche se dirigía a las oficinas centrales de la Red de Inteligencia nacional…
El hombre joven despertó en una sala que le era familiar. La había intentado olvidar los últimos cinco años, sin conseguirlo.
Era blanca y estaba totalmente acolchada con la excepción de una pantalla negra incrustada en la pared que hacía la función de espejo.
Tenía una letrina, un colchón en el suelo sin sabanas ni almohada y una manta fina que ni quitaba el frío, ni cubría los pies…

Una voz que provenía de unos altavoces superiores, retumbo en toda la sala.

-Volvemos a Encontrarnos … León . Señor Leonardo Mergón , 5 años son pocos para olvidarse de su “querido hogar”. Lo hemos dejado todo tal y como lo dejó… a excepción de la cama claro…

León miró hacia el colchón y recordó que cinco años atrás había un somier con cuatro patas.
Cuatro años tardó en destornillar una de esas patas y la utilizó para reventar la pantalla negra.
Ahora todo eso sólo servía para reforzar la seguridad de la sala.

- Ya sabes lo que tienes que hacer. Esta vez no seremos tan benevolentes y si te niegas recibirás descargas eléctricas.
Si te fijas, el suelo es de metal , el colchón tiene conexiones y la letrina, mejor no te lo cuento. No tienes escapatoria León…

En la pantalla negra apareció la imagen de un terrorista internacional.
-¡Sabes lo que tienes que hacer! ¡Hazlo! Dijo la voz de la sala.
¿No? Está bien. Empezaremos con 400. ¡Carguen 400 voltios!
El suelo transmitió la descarga que hizo que su cuerpo temblara como una gelatina y cayera al suelo.
- A ver si es verdad y me hacéis a la plancha…¡Cabrones! Dijo León.
Acto seguido recibió otra descarga y así sucesivamente…

Pasaron las semanas y se le especificó que cada 10 minutos recibiera una descarga.
El cuerpo de León estaba destrozado, no podía dormir, no podía comer y no tenía fuerzas ni para levantarse del colchón que estaba en el suelo.

- Dios da pan a quien no tiene dientes. Dijo Bardo.
- ¿Por qué dices eso? Pregunto Rodríguez.
- Por el don del chico. Quien pudiera hacer lo que él hace.
Imagínate un videoclub es todo lo que necesitas para satisfacer todas tus necesidades. Ya sea para romper la soledad, coges a Robin Williams y cuando te ralle lo deshaces. Y no hablemos de todas las actrices de Hollywood. Dijo Bardo con cara de fascinación.
- Bueno las españolas no están nada mal. Alegó Malvato.
- Si pudierais hacer eso, ahora mismo estaríais en esa sala recibiendo cada diez minutos una descarga que si bien no mata, ni te deja dormir ni descansar. ¿Pobre hombre! La mejor arma del Gobierno encerrado como un perro rabioso. Dijo Rodríguez escondiendo su mano derecha en el bolsillo colorada, quizás, de aguantarse en la muleta.

Los días pasaban y las descargas también.
- Está bien ¡CABRONES! Lo haré. ¡Lo haré! Dijo León.
- Por fin ha hablado el señor… dos semanas ha tardado en aparecer su linda vocecilla. Dijo la voz que provenía de los altavoces.
- No aguanto más, necesito dormir, necesito comer, huelo peor que un perro. Si me matáis no conseguiréis nada de mí. Dijo León sin fuerzas.
- Al menos, no serás deseado por todas las naciones. ¡O estas de nuestra parte o en contra! Grito la voz de la sala.
Tras una ducha y después de poder dormir cuatro horas volvió a aparecer la imagen en la pantalla.

León se concentró y cerró sus ojos. Sus manos empezaron a brillar y a despedir como una neblina, se dirigió hacia la pantalla negra y como si de una fuente de agua turbia se tratara, sus brazos se sumergieron y aparecieron en el interior de la imagen de la pantalla vertical de plasma de la sala.
Las manos atraparon al personaje en cuestión, lo sacaron lentamente y lo depositaron en el suelo de la sala como si de un maniquí se tratase.
El nuevo cuerpo era una viva imagen del personaje, pero como un robot, se quedó en un estado catatónico esperando órdenes.

- ¡Haz que conteste lo que te digamos! Dijo la voz de la sala.
León tocó la frente del “maniquí” y susurro unas palabras en el oído.
Éste reaccionó normalmente y sin miedo.
- Contesta con la verdad, y la verdad será contestada. Dijo León.
El terrorista contestó a las preguntas, sobre ubicación, paradero y posibles actos futuros.
No era necesario forzar o torturar. León moldeaba al terrorista, para que hiciera lo que él quisiera. Y así lo hizo.
Las preguntas se sucedieron y las respuestas salieron del terrorista “televisivo”.

Mientras, fuera de la sala, los tres agentes observaban el interrogatorio con expectación.
- ¿Como lo hará? Nosotros los tocamos y se deshacen. Y a él, ¡fíjate! Puede hacer lo que quiera con ellos… Dijo Bardo alucinado
- Nosotros no somos como él, además, ellos también le pueden dañar. Es curioso como una imagen lo capta todo. Tus pensamientos, tus recuerdos, tus vivencias, tus conocimientos. Realmente la mejor arma del mundo es la información. Conoce a tu enemigo sin ver a tu enemigo. Dijo Rodríguez.
- Me temo que la era de los espías se acabó. Empieza la “era del León”.
¿Habrá más como él? Dijo Malvato.
- No lo se Malvato. ¿Sabes? Hay tribus indígenas que creen que si les haces una foto, les estas robando el alma. Quizás no estén tan equivocados…